martes, 25 de noviembre de 2014

Libro: 50 Sombras más oscuras

Y más pornosas. Y más malas. Y vomité más. Y eso que me río cuando veo miembros descuartizados y charcuterías.

Hoy, para celebrar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, me dispongo a sumergirme en la secuela de las Sombras de la depravada mente de E. L. James, la autora pornosa/romántica que consiguió que Crepúsculo llegara a la categoría de obra de culto imprescindible para la Humanidad, junto con los escritos de Cervantes o los poemas de Shakespeare. Por cierto, cuando la autora se queda sin ideas (varias veces por capítulo), empieza a describir comida, folleteos imposibles y la lista de éxitos de iTunes.

¿Esto te pareció cutre? Preparaos, niños de verano
Recordemos lo que pasó en el libro anterior: Anastasia Steele, cuyo grado de subnormalidad llega hasta el infinito y más allá, se enamora de Christian Grey, un abusador misógino cuyo principal mérito es estar buenorro. Y ya. Porque la pasta que tiene ni siquiera es suya, si no de sus padres. Un nini con dinero. 

La versión castiza (y menos agraciada de Grey).
Remake de la peli ya, por favor
El caso es que Ana se enamora del imbécil éste, que se deja amar. Al final él acaba enamorándose también de ella, que es como un perrito con chocho con la personalidad y el cerebro de un típpex, el sueño de cualquier vago o seductor fracasado (bueno, también les cogemos cariño a los ordenadores y a los tuppers de mamá, así que se le perdona). Grey le mete dos hostias bien dadas a Ana en un arrebato de pasión, a Ana se le ilumina por fin la media neurona que tiene (la que le sirve para respirar) y se larga antes de convertirse en una estadística más del telediario.

Os acabo de ahorrar 400 páginas, inclinaos ante mí, esclavos.

50 SOMBRAS MÁS OSCURAS

O lo que es lo mismo, vamos a exprimir a la vaca lechera (y los bolsillos de las madres). La historia comienza con un prólogo, en el que un personaje de sexo indefinido asiste a una escena de violencia doméstica. Es un sueño. Freud tiene que estar forrándose.

Pasamos a Ana.
He sobrevivido al tercer día post-Christian, y a mi primer día en el trabajo. Me ha ido bien distraerme. El tiempo ha pasado volando entre una nebulosa de caras nuevas, trabajo por hacer y el señor Jack Hyde. El señor Jack Hyde… se apoya en mi mesa, y sus ojos azules brillan cuando baja la mirada y me sonríe.
Oh, Monesvol. Ni que acabara de volver de Gaza, la tía. Como te pongas a mirar por la ventana contando los meses en los que tu corazón vacío sangra, me tiro desde lo alto de la cisterna del váter. Joder, encima no te quejes, que fuiste tú la que lo dejaste, para una cosa que haces bien, no te arrepientas.


Jack Hyde. Spoiler, tío bueno a la vista que tiene pinta de querer follarte hasta que no haya mañana. De hecho, este relleno para la trama se fija más en ella cuando se pone un vestido mono y unas botas de cuero. +100000000000000000 de objetificación de las mujeres. Tía, como entres en una discoteca, será como uno de esos documentales de la 2.

Ana de fiesta
Acabas de dejar a tu exnovio maltratador, no es el fin del mundo. Bueno, sí, Grey le manda rosas. La presión silenciosa, se llama. A Ana se le ha quedado un trauma que necesita psicoterapia. Enfin, da igual, porque Grey vuelve a acosarla -móvil, correos electrónicos y llamadas- y a Ana le chorrea el coño de la emoción cuando quedan para ir a la galería de José, el panchito sobón. ¿En serio?

¡Taylor! :D

Lo primero que hace Grey en cuanto la ve (¿Saludar? ¿Para qué?) es ordenarle que coma. Su polla no, comida de verdad, pero sospecho que a Grey le gustaría que comiera una salchicha de ojos grises con un Audi. 
Ana debe de comprarlos 
en cantidades industriales
"Todo lo que haces es asunto mío". 
La mierda al fondo a la izquierda, gracias. Que alguien lo mate. Si hay por ahí alguien en contra de la pena de muerte, que conozca a este subnormal. Mientras suben a la azotea para montar en el Charlie Tango, Grey coge de la mano a Ana. A ésta se le mojan las bragas. No parece que hayan cortado y Ana esté con el síndrome post-ruptura.

Llegan. Justificación de Ana de que José sólo es un amigo. Aunque Grey y ella fueran una pareja de tortolitos y toda la pesca, ¿qué coño le importa al yuppie éste? La exposición va sobre fotos genéricas de paisajes (teniendo el lago de Vancouver, no debe de ser muy difícil exponer para un puñado de hipsters que se las da de entendidos). Aparecen José y su jefa, que lo primero que hace es hacerle una radiografía a Ana, para marcar territorio. La que menstrúe antes sobre Grey, se lo queda. En unas cuantas fotos, sale Anastasia haciendo el mongolo. Sí, las clásicas fotos Facebook que te haces de botellón. Grey las compra todas porque es un controlador de mierda. Cuando Ana se corte las uñas de los pies, las guardará en una bolsita, no vaya a ser que un mendigo rebusque en el contenedor. Salen (a Grey le falta una correa para llevar a Ana a rastras) y se magrean un rato.

Se van a un restaurante hortera, donde discuten. Grey acusa a Ana de no haber usado la palabra de seguridad. Ahhhhh, conque era eso. Tú le metes hostias fuertes y como tu sumisa no te ha soltado la puta palabreja de mierda, sigues. Sospecho que habrá enviado a más de una al hospital.

Aquí nos asalta una duda racional: teniendo en cuenta que a Grey le siguen los paparazzis hasta cuando caga y que uno de los temas más buscados es la sexualidad de este gilipollas (así va el país), ¿enviar al hospital a una sumisa no se consideraría prensa rosa de la buena? Es que me imagino a las del Sálvame llorando de emoción, en serio.

Se montan en el coche, con Taylor escuchando la música a todo trapo, en plan cani pastillero. Mientras, discuten de nuevo su contrato de folleteo. Después de que Grey confiese que su infancia fue una mierda (su madre adicta al crack no se ocupaba de él, se murió y él se pasó 4 días junto a su cadáver putrefacto), duermen tranquilamente en el asiento trasero. Qué romántico.

Para Ana y Grey, ésta debió de ser la historia
de amor más dulce de todos los tiempos
Entre los superéxitos de Grey, está
Try de Nelly Furtado. Qué gay
Ana se vende por un iPad, un montón de eBooks y un puñado de canciones. Diox, qué cutre. Se duerme abrazadita a un globo deshinchado del Charlie Tango. ¿Qué tienes, 13 años?

Por cierto, en algún momento, la novela se ha convertido en un catálogo de música. E. L. James ha firmado un contrato con iTunes, seguro.

Después de conocer a una tía chunga, Ana se va con sus compañeros de trabajo a tomar una copa. Jack (su jefe) y Grey comienzan a marcar territorio sobre Ana. ¿La autora conoce hombres de verdad o sólo los ha visto en documentales de primates? Se marchan, Ana le echa en cara que es un gilipollas por comprar la empresa en la que trabaja para tener a Jack controlado y se van a follar a su piso.

La diosa que lleva dentro chorrea de la emoción.

Nada más levantarse, Ana le prepara el desayuno a Grey. Hazme un sándwich, mujer. Después de hacer guarrerías con un helado, Ana se entera de que la yonqui que la asaltó en la oficina se llama Leila, y es una ex-sumisa cabreada con Ana. Parece que tener a una tía que sabe dónde vives, que te odia, que está loca y que se ha intentado cortar las venas no es un tema lo bastante interesante como para apartar a Ana y Grey de sus folleteos.

I'm too sexy for my shirt...
Grey lleva a Ana a un salón de belleza para hacerle una puesta a punto. E. L. James, la idea de repetir cientos de veces que Anastasia Steele es un cardo no cuela cuando le haces un make-up de arriba a abajo. Así no podrá identificarse con sus lectoras feas, gordas y menopáusicas. Por no mencionar que Grey se supone que es un filántropo que busca el bien y la paz mundial, comprándole coches, tecnología punta y vestidos de 3000 pavos a su sumisa. Ya. Hipócrita.

Allí conoce a... LA MADRE DE STIFLER ¡LA SEÑORA ROBINSON! Sí, otra rubia escultural (ésta un poco más mayor), la que metió en el mundo del sadomaso a Grey...
—Ah, es la señora Lincoln. Es la propietaria, junto con el señor Grey.
Greta parece muy dispuesta a hablar.
—¿La señora Lincoln?
Creía que la señora Robinson estaba divorciada. Quizá haya vuelto a casarse con algún pobre infeliz.
Habló la que consigue las migajas de Grey.
prostitución.(Del lat. prostitutĭo, -ōnis).1. f. Acción y efecto de prostituir.2. f. Actividad a la que se dedica quien mantiene relaciones sexuales con otras personas, a cambio de dinero y otros favores.


Puta condescendiente de mierda.

En la calle, se monta un pollo porque descubren que Leila tiene los cables muy cruzados y los está siguiendo. Grey, como buen macho, decide proteger a Ana en su casa. Hala, la poli es una mierda. Un estilista -seguramente gay, si no, no habría dejado tocar a Ana, ¿qué pasará el día que Ana esté desangrándose y no haya una doctora con vagina disponible?- la deja hecha una diosa y de paso, la perfecta esposa florero. Allí, Grey le muestra cómo guarda el historial de todas sus sumisas.
—No hago un uso indebido de la información. Esto es algo que puede conseguir cualquiera que esté medianamente interesado, Anastasia. Yo necesito información para tener el control. Siempre he actuado así.
Hemos descubierto el misterio: Anastasia Steele no 
es americana, tierra de McDonald's... Es una guiri 
chancletera de las de toda la vida
Traducción: "he hecho lo que me sale de la polla toda la vida porque soy guapo y tengo pasta".  Gana 100.000 dólares la hora. Muérete, cabrón. Menudos valores estoy aprendiendo.
Inspecciono el impresionante contenido del frigorífico. Me decido por una tortilla española. Incluso hay patatas congeladas, perfecto.
Tortilla española con patatas congeladas. MUÉRETE.
Vuelvo a repasar el contenido del frigorífico, cojo patatas, jamón y —¡sí!— guisantes del congelador. Todo esto irá bien. Localizo una sartén, la pongo sobre el fuego, añado un poco de aceite de oliva y vuelvo a batir.
El jurado ha decidido que G. R. R. Martin debe matar a E. L. James.

Más canciones de iTunes, más conversación chorra sobre los hermanos de Grey, donde todos son unos pros en idiomas, instrumentos y kárate. Menos Mia, que dejó los deportes porque "no es de chicas". Pero qué rancia es la autora, joder. ¿De dónde la han sacado, de la Sección Femenina franquista?

Vuelven a follar, después de que Ana pintarrajee a Grey con pintalabios rojo putón por todo el cuerpo. Marcas de abuso físico. Más folleteo.

Nunca pensé que diría esto sobre el porno, pero me abuuuuuuurro.

Después de meterle unas bolas chinas por el chocho, Grey le regala unos pendientes carísimos. Awwww. Las bolas, Ana y Grey van a una gala benéfica. Yo no sé vosotros, pero después de leer la carta del menú y los objetos subastados, creo que si estos ricos aburridos donaran la pasta sin gala ni nada, podrían resolver el hambre a nivel mundial. Lily le tiene manía a Ana porque quiere ser ella la que se folle a Grey. Ana siente envidia de la señora Robinson, más guapa, rica y carismática que ella. Qué ascazo de prota, joder.

Ana se medio emborracha (¿¿¿Otra vez???) y puja por la casa de Grey en Aspen. Sobra decir que Grey está enfadadísimo (va a ser él quien la pague luego, seguro). Empieza la subasta de mujeres.

No es coña. Se venden tías al mejor postor. Mientras la japonesa olímpica es vendida por 1000 miserables pavos, sucede este intercambio:
—¿Lo ves…? ¡Es divertido! —murmura Mia, y añade—: Espero que Christian consiga tu primer baile, porque… no quiero que haya pelea.
—¿Pelea? —replico horrorizada.
—Oh, sí. Cuando era más joven era muy temperamental —dice con un ligero estremecimiento.
¿Christian metido en una pelea? ¿El refinado y sofisticado Christian, aficionado a la música coral del periodo Tudor? No me entra en la cabeza.
Ana, que es el tío que te azota con un látigo. Etc, etc, resulta que Grey era un cani hasta que se puso bajo los cuidados de la sra. Robinson. No ha cambiado nada. Otro concurso de meada de machos entre Grey y un tío con máscara, y Ana, que toca 6 instrumentos y habla mandarín, es vendida a Grey por 100.000. La autora sigue intentando convencernos que esta petarda merece la pena.

Grey le hace un anal en el cuarto de su pajillero yo adolescente y bailan. Ana conoce a Flynn, el psiquiatra de Grey. Pero qué pareja más encantadora. Concurso de reglas entre la señora Robinson y la señorita Steele. Ana consigue la bendición del padre de Grey, que le cuenta un poco más del tristísimo y traumático pasado de su hijo adoptivo, para que le tengamos pena, o algo. Va a ser que no.

Después de decidir qué anticonceptivo se pondrá Ana (sin el consentimiento de la susodicha, obviamente), descubren que Leila le ha rajado las ruedas al coche. Grey sale a investigar ("yo macho, yo te protejo") su masculinidad sufre un revés al descubrir que Leila estuvo en el cuarto donde dormía Ana.

Huyen a un hotel. Más folleteo. Parecen conejos, en serio. Visita a domicilio de la doctora Greene, la ginecóloga de guardia. Falsa alarma de preñamiento. Bueno, si dejas de tomar la píldora, ¿qué te esperabas? ¿Una lavadora?

Folleteo. Joder, si es que no paran. A todo esto, si Grey tiene fobia de que lo toquen e incluso Ana tiene "zonas prohibidas", ¿cómo follan? ¿Por ondas?

 Grey lleva a Ana a un concesionario para comprar un coche nuevo.
Se frota las manos con fruición.
—Nuevo.
Christian se pone muy serio. ¡Nuevo!
—¿Ha pensado en algún modelo, señor?
Y encima es un pelota suavón.
Suavón. SUAVÓN. ¿Quién coño ha traducido esto?

Folleteo en barco... Grey tiene celos de Taylor porque se lleva bien con Ana. ¡Ja! ¡En toda la cara! Folleteo sobre una mesa de billar. Grey le mete bolas de billar por el chumino. Nunca volveré a jugar al billar. Ana intenta coquetear con la señora Jones, la chacha, por fastidiar. Grey ni se inmuta. Es obvio que las relaciones lésbicas con señoras mayores no entran en su esquema de probabilidades. Éste ha debido salir del Opus o algo.

Ana va a trabajar. Quiere ir a un simposio con su jefe. Por supuesto, Grey lo prohíbe "porque confía en ella y no en él" y "ya sé lo bien que te las arreglas sin un macho -yo- que te salve". E. L. James, ¿qué clase de trauma tienes? Ahora entiendo esa frase de "la mujer en casa con la pata quebrada". No basta con comprarle todo a Ana, incluida su empresa. Este tío está MUY MAL.

Ana se queda hasta tarde a trabajar (y sin simposio). Jack se pone en modo depredador, pero huye en cuanto descubre que otro macho (más fuerte y rico) ha meado en su territorio primero. Ana tiene la presencia y poder de decisión de una silla, me gusta.

Ana ha digievolucionado en la novia obsesiva
Folleteo en el ascensor. La señora Robinson se presenta para decir que le están haciendo chantaje. Pese a que es una tía legal, Anastasia está empeñada con que es una arpía que le quiere quitar el novio. Por una vez, me pongo de parte de Grey. Si tu novio te dice que te es fiel, es que te es fiel, cojones. Da igual las evidencias de todos, Ana se pone a sí misma como la víctima y a la señora Robinson como la pedófila sin alma que destruyó a su nene del alma.

Si todas las conversaciones acaban en discusión, mejor dejarlo. Se llama RELACIÓN TÓXICA.

Más folleteo. La única cualidad redentora de Grey es que quiere a su familia adoptiva. ¿Por qué si no tienes a una tía al lado, la gente asume automáticamente que eres gay? Ni que fuera una obligación, o algo.

Anastasia vuelve a encontrarse con Leila la Loca, que la apunta con una pistola. ¡Ánimo, Leila! Desgraciadamente, Grey y Taylor llegan a tiempo. Ana se va con Taylor y Ethan, el hermano de Kate (sí, esa chica que se supone que es la amiga del alma de Anastasia Steele, pero lleva desaparecida desde el inicio de la novela y sólo ha sido mencionada un par de veces en 400 páginas), mientras el súper macho se queda con Leila. Se soluciona todo (meten a Leila en el coche del doctor Flynn) y a Ana lo único le interesa del asunto es si Grey le ha puesto los cuernos en la media hora que ha estado solo. Tía. Tus padres eran hermanos, ¿no?

Folleteo abortado entre un Grey sumiso y una Ana medio borracha gracias a la siguiente frase.
—Soy un sádico, Ana. Me gusta azotar a jovencitas menudas como tú, porque todas os parecéis a la puta adicta al crack… mi madre biológica. Estoy seguro de que puedes imaginar por qué.
Yo ya no puedo con esto. Odio cuando los villanos hacen cosas malas mientras chillan "¡soy malo y no oigo tus súplicas sobre el sonido de mi trágico pasado!"

Ana debe de haberlo curado porque ya no siente el deseo de azotarla con una fusta o una barra de cortina. La Bella y la Bestia 2.0. Ya sabéis, chicas, dejad que os peguen que seguro que cambian y se vuelven mejores personas.

Justo después de enterarse que Grey sí folleteó un poco con Leila, le pide matrimonio a Ana Ésta dice que se lo pensará. Algo es algo. Llega tarde al trabajo, donde el jefe le echa un rapapolvos. Encima se enfada. Eres una incompetente que llega tarde, encima no te quejes tanto. Jack intenta meterle mano a Ana, acusándola de calientabraguetas. Vamos, lo típico. Ana consigue escapar (rodillazo en la entrepierna) sin ayuda. ¡Hostias, esto es nuevo!

Molinete Wartenberg. Imagina a tu
madre pasándoselo por los pezones
Se va a casa de Grey, nueva discusión sobre José y la señora Robinson. Grey se porta exactamente como el marido maltratador, va aislando sistemáticamente a Ana de sus amigos. Conversación sobre dilatadores anales, pinzas para pezones, pinzas genitales y mordazas de bola. La consulta del dentista debe de ser una orgía para estos dos. Me imagino a E. L. James consultando el catálogo de una página sadomaso chunga como quien mira el catálogo del Ikea.

Folleteo vainilla. Folleteo mañanero. Ana va al trabajo, para descubrir que Jack ha abandonado su puesto (no, su cadáver no flota en el Río Hudson) y que Ana ocupará su puesto hasta que se encuentre un sustituto. Ana lleva una JODIDA SEMANA TRABAJANDO. PUTA ENCHUFADA DE MIERDA. Y obviamente, todos sus compañeros de trabajo están encantadísimos porque Anastasia Sue tiene un enorme talento y diligencia y se folla al jefe que si no te gusta, te mata.

Ana acude con Grey al psiquiatra (¿terapia de parejas?). Menudo planazo. La autora intenta explicarnos la compleja personalidad de Grey dándonos una retahíla de términos psicológicos extraídos de la Wikipedia. No cuela.

Se montan en el coche. Por supuesto, Grey es un coñazo, de modo que Ana le da las llaves para que conduzca él. Ainsss... no sé por qué la emancipación y otros derechos se desperdician en esta mujer. Grey le compra una mansión. UNA MANSIÓN. Magreo en un restaurante caro, folleteo en casa de Grey.

Ana queda con los pocos amigos que le quedan: Kate, Ethan y José. Se entera de que el Charlie Tango ha sufrido un accidente. Chan chan chan cháaaaaaaaan.
Cersei&Jaime: "¡Vamos a follar sobre nuestro
hijo fruto del incesto!" Ana&Grey: "¡Nosotros también!"

Grey está desaparecido. Ana piensa en que le gustaría follar sobre los restos carbonizados y humeantes del helicóptero. Y aún hay gente que defiende que esto es una historia de amor apasionante.

Tras unos cuantos párrafos en los que Ana y la autora nos machaca con frases dichas por Grey, en un intento de que recordemos lo trágico y triste que es, el susodicho aparece indemne en la puerta de su casa. Porque sí. Hala. Ni llamar ni pollas.

Resulta que iba con una camionera en el Charlie Tango, deciden darse una rule sobre unas montañas, se prende fuego y tienen que aterrizar.
—Nos pusimos a hacer autoestop. Juntamos el dinero que llevábamos
encima. Entre los dos, reunimos seiscientos dólares, y pensamos que tendríamos que pagar a alguien para que nos trajera de vuelta, pero un camionero se paró y aceptó llevarnos a casa. Rechazó el dinero que le ofrecimos y compartió su comida con nosotros. —Christian menea la cabeza consternado al recordarlo—. Tardamos muchísimo. Él no tenía móvil, cosa rara pero cierta. No se me ocurrió pensar…
¿Si Grey hubiera ido a España, Ana habría escrito su
respuesta en las bragas de la flamenca? Nunca lo sabremos
No se te ocurrió pensar que la gente puede ayudar a la gente sin necesidad de dinero o un contrato por medio. Qué vida más patética me llevas, chaval. Echan rápidamente de casa a su familia, a José (que obviamente sigue enamorado de la prota, pero es el buen pagafantas que se resigna) y Ana le dice que "sí" a su propuesta de matrimonio escribiéndolo en el cutre-llaverito de Seattle que Grey le ha traído de souvenir.

Folleteo de celebración (de cumpleaños y de compromiso) en la ducha. Folleteo en el cuarto rojo del dolor.
Me ruborizo… ¿Me acostumbraré algún día a que Taylor me llame «señora»? Hace que me sienta muy vieja, casi como una treintañera.
Si con 30 años eres vieja, entonces dejamos con que es más que claro que Anastasia Steele, 21 (?), es un ente salido de la América Profunda y destinada a ser esposa florero. Ray está contentísimo cuando su hijastra medio-cría y medio-retrasada que no sabe nada del mundo le dice quiere casarse con el primer maromo con el que acostó. Su madre, en cambio, le dice de forma sutil que se está casando muy joven y que a ella le jodió la vida quedarse preñada tan joven. Y a nosotros también. Ojalá hubieras abortado, madre de Anastasia.

Van a la fiesta de cumpleaños de Grey. Kate ha recibido una copia del contrato de sumisa. Obviamente, se cabrea muchísimo, pero como Ana Sue es la prota, se enfada 2 segundos y les da su bendición. Venga ya. Mala amiga. Dan la noticia y todos los reciben con vítores y aclamaciones excepto Gretchen, Lily y la señora Robinson. Ya tenemos a las arpías para el 3º libro.

Team Madre de Stifler señora Robinson
Megapelea de gatas entre la señora Robinson, Ana y la madre de Grey. De repente, la señora Robinson se convierte en una gilipollas sin alma, la reina de las zorras. Grey, horrorizado, no la ajunta más. Anda que no se nota ahí tu jugada, E. L. James. Es exactamente la misma que Stephenie Meyer usó con Jacob en Crepúsculo para que el fandom dejara de apoyar el JacobxBella y se uniera a EdwardxBella.

Te jodes, me sigue cayendo mejor la señora Robinson.

Últimas frases de la novela:
Revive la escena en su mente. «Si vuelves a tocar a la señorita Steele, te mato.»
Ese hijo de perra también recibirá lo suyo. Sí, no sabe lo que le espera. Se reclina otra vez en el asiento. Parece que la noche va a ser larga. Se quedará, vigilando y esperando. Da otra calada al Marlboro. Ya llegará su oportunidad. Llegará muy pronto.
Y así, Jack Hyde se gira en su sillón de cuero, acariciando su gato y suelta una risa maquiavélica.

Jack Hyde tiene la sutileza del Meñique de la HBO.
Sí, ese que te mata y luego viola tu cadáver y luego castra algunos cachorritos

PERSONAJES:

Paso. Que les den. Los únicos que hacen algo son la señora Robinson (¡bieeeeeeen!) y Jack Hyde. Considero mucho más interesante que os muestre la lista de canciones/cantantes/grupos que vendieron sus derechos para aparecer en este engendro:
  • Thomas Tallis
  • Witchcraft
  • La pieza de Bach de Marcello
  • Jeff Buckley
  • Snow Patrol
  • Principles of Lust de Enigma
  • Possession
  • Try de Nelly Furtado
  • Every Breath You Take, la versión de Stalker’s Anthem
  • Homelands de Nitin Sawhney
  • Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis, de Ralph Vaughan Williams
  • Crazy In Love de Beyoncé
  • Bailero de Canteloube, Canciones de la Auvernia
  • I’ve Got You Under My Skin
  • Come Fly with Me
  • It Had to Be You
  • King of Pain de Police 
  • The First Time Ever I Saw Your Face de Roberta Flack


PROS:
  • Yo... yo... yo... *me voy a una esquina a balancearme hacia delante y hacia atrás*

CONTRAS:
  • Los mismos que el anterior
  • Interminables concursos de meadas y reglas
  • La subasta de mozas
  • La publicidad descaradísima de canciones
  • Los manuales de cocina
  • LA. PUTA. TORTILLA. DE. PATATAS
  • Grey es el marido de ensueño: se molesta cuando Ana habla con otros hombres, cuando habla con otras mujeres, cuando habla por teléfono con quien sea, cuando sale con amigos, cuando dice que quiere trabajar, cuando dice que está harta de que la espíe y viole su intimidad, cuando dice que está harta de que destruya su autonomía, cuando lleva ropa corta, cuando lleva ropa semi-transparente o que permite ver las formas de su cuerpo, cuando dice que quiere hacer algo que a él no le apetece, cuando dice que quiere decidir qué anticonceptivos tomar... Solución: Grey, cásate con un robot (sumiso).
  • Ana es imbécil por permitir que le haga esto. Y cuando se quiere marchar, le sale con el chantaje emocional: "me moriré si te vas". Ahí lo dejo.
  • Las únicas chicas que no se sienten atraídas por Grey son su madre adoptiva, Mia su hermanastra y Ros, que es bollera. Bienvenida al siglo XXI. Vamos bien.
  • Que la señora Robinson no matara a Ana y a Grey en un arrebato de odio
  • Un montón de correos en el trabajo. Productividad mis ovarios
  • Parece que todas las tías quieren robarle el novio a Ana. Por Dios, deja de ser tan paranoica. ¿Qué ha sido de eso de las hermandades? "¿Sisters before boys?"
016: Número de Atención a las Víctimas de Malos Tratos


BONUS EXTRA (encuentra las diferencias con el post anterior): Bebe cada vez que...
  • Ana se sienta fea al lado de la diosa de turno
  • Ana se mordisquee el labio
  • Ana se haga algún tipo de daño físico por sí misma
  • Ana piense en lo guapo y misterioso que es Grey
  • Ana se ponga calzoncillos
  • Grey diga "nena"
  • Grey diga "joder"
  • Grey diga "follar"
  • Grey diga "me excitas/me pones/me provocas" o similares
  • Grey diga "me encanta tu Lengua Viperina"
  • Grey frunza el ceño
  • Doble lingotazo a cada fruncimiento de ceño, de ambos personajes o relacionados
  • Grey alce las cejas sorprendido
  • Grey diga "no eres una sumisa". Anda que no
  • Grey se ponga los pantalones sin calzoncillos
  • Cuando un tercer@ se sienta hechizado por la belleza de Grey
  • Personajes estereotipados de telenovela ("¡Maldita lisiadaaaaaa!") XDDDD
  • Personajes random que forman parte del personal de Grey
  • Taylor aparezca de improviso


Nota final: 0. Nuevo récord

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